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Nonumento Natural del Nacimiento del Río Cuervo.

En el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. 

Uno de los parajes más conocidos de la Serranía de Cuenca es el Monumento Natural del Nacimiento del Río Cuervo. Situado a unos 1500 metros de altitud sobre el nivel del mar, y muy cerca de la pequeña y dispersa localidad de Vega del Codorno, este hermoso rincón es todo un espectáculo de la naturaleza. Las frías aguas de este aprendiz de río se despeñan, nada más nacer, a través de los delicados hilos que dejan escurrir las rocas tobáceas recubiertas de musgo. 

A la altura del kilómetro 60 de la carretera CM-2106, en el camino que enlaza las poblaciones serranas de Tragacete y Beteta, se localiza el Monumento Natural del Nacimiento del Río Cuervo. Se encuentra muy bien señalizado y es uno de los parajes más visitados de toda la provincia de Cuenca.


Tras la explanada habilitada para el estacionamiento de los vehículos, arranca un sendero adaptado para personas con movilidad reducida de algo menos de medio kilómetro que conduce hasta la base de la cascada. Unos miradores con barandillas de madera permiten fotografiarla cómodamente y sin peligro, pero no debe concluir aquí la visita. 

A través de un sendero ascendente, que en este caso ya no está acondicionado para las personas con discapacidad motora, se llega hasta el mismo lugar en el que el agua aflora de las entrañas de la tierra bajo el cobijo de una roca. El recorrido circular se completa por el otro lado del río,  dirigiéndose de nuevo a la zona de aparcamiento. 


Una de las dudas que se puede plantear quien desee visitar este bello paraje es saber cuál es la mejor época del año para acercarse. La respuesta no es sencilla pues, dependiendo de la estación, la estampa que encontrará el visitante es muy diferente. En cualquier caso, no es nada descabellado visitarlo en periodos distintos para disfrutar de las diferentes facetas que muestra en cada uno de ellos.

En verano la excursión se puede complementar con un agradable descanso a la sombra de los frondosos pinares que lo rodean. En otoño, la vegetación por entre la que se desliza el agua del riachuelo ofrece un variado cromatismo digno de admiración. Durante los días más gélidos del invierno no es difícil encontrar las cascadas totalmente heladas. Por último, en primavera, sobro todo si esta es generosa en precipitaciones, es cuando la cascada se muestra más exuberante.  


En el pueblo de Vega del Codorno han habilitado un centro de interpretación que enriquece la visita a este singular espacio que no deja a nadie indiferente. A través de  la información ofrecida en diferentes soportes, el visitante ahondará en el conocimiento de la formación geológica del Monumento Nacional del Nacimiento del Río Cuervo.

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