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Razones para organizar una escapada a la provincia de Badajoz.

Una gran desconocida.

Teatro romano de Mérida.
La provincia de Badajoz es una de esas tierras que tiene colgado el san Benito de que no tiene nada que ver, y de ello están convencidos muchos de quienes no la han visitado nunca. Ahora bien, aquellos que si la hemos recorrido varias veces, al menos parcialmente, sabemos bien lo injusto del prejuicio señalado anteriormente. A continuación vamos a desgranar algunos de los motivos por los que bien merece la pena una escapada a esta provincia extremeña que, por cierto, es la más extensa de España con una superficie de 21.766 kilómetros cuadrados.


Agua. La provincia de Badajoz no tiene mar, pero no le faltan kilómetros de costa de agua dulce. Un río caudaloso la atraviesa de Este a Oeste, el Guadiana, y a él acuden afluentes de relevancia como el Zújar. Estos ríos remansan sus aguas en inmensos pantanos que, durante el verano, sirven de refresco a los pacenses. Uno de estos pantanos, el de La Serena, es el que más capacidad tiene de toda la España. En otro, el de Orellana, os encontraréis con la única playa interior que posee una bandera azul. Un tercer pantano de referencia es el de Alquézar, haciendo frontera con Portugal, en el que se pueden practicar diversos deportes náuticos. Así pues, queda desterrado el tópico de que Badajoz es una provincia seca.
Embarcadero en el pantano de Orellana.
Arte y cultura. En una provincia tan amplia es lógico encontrar obras artísticas de todos los periodos, pero, por su peculiaridad citaremos solo unos pocos. El arte prehistórico está representado en varios yacimientos megalíticos. Uno de ellos es, por ejemplo, el dólmen de Magacela. Posteriormente anduvieron por estas tierras los Tartessos y de su cultura el viajero puede encontrar algún vestigio como el poblado de Cancho Roano, en Zalamea de la Serena. De la época romana poco hay que decir que no se haya repetido hasta la saciedad. La ciudad de Mérida y su entorno alberga el conjunto de restos arqueológicos de esta época más relevante de toda la Península Ibérica. A partir de esta época, los edificios históricos ya no tienen tanto pedigrí, aunque haberlos los hay. Citaremos por su originalidad en España la ciudad de Olivenza, en la que podemos encontrar varios ejemplos del gótico manuelino, herencia de su pasado portugués.
Balneario de Alange, muy cerca de Mérida.
Relax. Numerosas casas rurales, algunas de ellas construidas en medio de grandes fincas, ayudan al relax y la desconexión del ajetreo diario. Un relax que también se puede obtener en alguno de sus balnearios como el de Valdefernando, en Valdecaballeros, el de El Raposo, en Puebla de Sancho Pérez o el de Alange, de origen romano y muy próximo a la capital autonómica.
Las migas extremeñas es uno de los platos más típicos de Badajoz.
Gastronomía. El Jamón Ibérico es posiblemente la estrella de la gastronomía pacense, pero no hay que dejar que esta estrella eclipse otros productos de su cocina. Los cerdos criados a la sombra de las dehesas, no solo surten de jamón a las despensas. Una larga lista de chacinas van a la par de los jamones ibéricos. El queso de la Serena, con Denominación de Origen Protegida, o las migas son otros platos a tener en cuenta. Como postre, las perrunillas, de nombre una tanto enreversado es uno de los más destacables. El vino de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana pone el color a unas mesas en las que tampoco debe faltar el cava de Almendralejo.

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