Praga, una de las ciudades más hermosas de Europa

Capital de la República Checa

Praga
La bonita ciudad de Praga, también conocida como La Ciudad de las Mil Torres, se encuentra en la región de Bohemia. La capital de la República Checa, atravesada por el río Moldava, es una de las ciudades más bonitas del mundo. Su casco histórico, repleto de edificios y rincones espectaculares, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Bien se puede decir, sin riesgo de ser exagerado, que parece una ciudad salida de un bonito cuento de hadas.

Praga es una ciudad que atrae y engancha al visitante con sus antiguas calles medievales, callejones pintorescos, torres, monasterios y cervecerías centenarias.

Praga

El primer lugar que buscan los viajeros que hasta ella llegan es la Plaza de la Ciudad Vieja. Esta plaza es una de las plazas más impresionantes de toda Europa y está rodeada de elegantes edificios como la iglesia de Nuestra Señora de Tyn. Este templo posee una fachada gótica con dos torres de 80 metros culminadas en forma de aguja. Otros edificios que llaman la atención en la Plaza son la Casa de la Campana de Piedra, edificio gótico mejor conservado, y la iglesia de san Nicolás. Pero es el ayuntamiento de la ciudad vieja, una torre gótica de 70 metros de altura donde se encuentra el famoso Reloj Astronómico, el monumento más emblemático, no solo de la plaza, sino de toda la ciudad de Praga. El famoso Reloj Astronómico de Praga fue construido en el siglo XV y a cada hora en punto se pueden ver desfilar las figuras autómatas de los doce apóstoles. Hora tras hora, el acontecimiento congrega a los pies del reloj a una gran aglomeración de curiosos.

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El Barrio Judío es otro de los lugares imprescindibles de esta bonita ciudad. Este barrio cuenta con una gran historia sobre la represión judía. Posee seis sinagogas, entre ellas destacan la Sinagoga Española, de estilo morisco, y la Sinagoga Vieja-Nueva que es una de las más antiguas de Europa. Dentro de este barrio se encuentra el cementerio judío. Es otro rincón que sorprende por la cantidad de lapidas superpuestas que se acumulan en un reducido espacio, algunas del siglo XV. Durante 300 años los judíos solo podían ser enterrados allí, por lo que los enterramientos se superponían unos a otros.

Callejeando por el centro histórico destaca la calle Celetná. Es una de las más antiguas de la ciudad que formaba parte del camino real. Es una calle comercial repleta de casas señoriales como la Casa de la Virgen Negra, obra de la arquitectura cubista, construida en 1912. Unos oscuros sótanos de esta calle albergan el macabro Museo de la Tortura.

La Torre de la Pólvora se encuentra al final de la calle Celetná. Es una torre gótica construida en 1475 y ennegrecida por el paso del tiempo. La torre formaba parte de una de las trece entradas a la ciudad vieja. Los turistas pueden subir sus 65 metros de altura para disfrutar de unas fantásticas vistas del centro de Praga. La casa municipal está unida por a través de un paso elevado con la Torre de la Pólvora e impresiona por la decoración de su fachada con varias esculturas y un mosaico semicircular.

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El Puente de Carlos, aunque no es el único sobre el río Moldava, sí es el puente más conocido y otro de los iconos de la ciudad. Este precioso puente medieval data del siglo XIV y está flanqueado por 15 estatuas a cada lado. Con sus 500 metros de largo une la Ciudad Vieja (Stare Mesto) con la Ciudad Pequeña ( Mala Strana).

Justo debajo del Puente de Carlos se encuentra la bonita Isla de Kampa que era una antigua zona de huertos y molinos. En ella se encuentra algunos monumentos interesantes como el romántico puente de los candados, el famoso muro de Jhon Lennon, en memoria del músico inglés, y la calle más estrecha del mundo, la Vinarna Certovka.

Mala Strana es el encantador barrio donde se encuentra la descrita Isla de Kampa y es conocido como el distrito bohemio de Praga. La Plaza Malostranské se encuentra repleta de bares y de vida nocturna. En esta plaza cabe destacar la iglesia de San Nicolás construida en 1673 por orden de los jesuitas y que es uno de los edificios barrocos más bonitos de Europa. Una ruta por este barrio conduce al visitante hasta el castillo.

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El Castillo de Praga es uno de los lugares más visitados de la ciudad. No es el típico castillo compacto imaginable, sino que más bien se trata de un enorme complejo arquitectónico construido en el siglo IX que incluye edificios tan espectaculares como la Catedral de San Vito, que ha sido el lugar de coronación de todos los Reyes de Bohemia. Esta catedral posee diversos estilos arquitectónicos, desde el gótico hasta el renacimiento. Dentro del recinto del castillo se encuentra el Callejón de Oro, uno de los rincones con mayor encanto, formado por casitas multicolores construidas en el siglo XVI como viviendas para los guardas del Rey. El Antiguo Palacio Real, gótico, la Basílica de San Jorge, que es la iglesia más antigua del recinto, o la Torre Blanca completan el impresionante complejo del Castillo de Praga. La visita al castillo debe incluir todos estos lugares pero si no se dispone de mucho tiempo, habrá que centrarse en aquellos lugares que al visitante le despierten mayor interés.

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Otro alto en Praga hay que realizarlo junto a la Cabeza de Kafka, ya en el barrio Nove Mesto. Se trata de una enorme estructura de 10 metros de altura que va rotando a cada hora en punto. Durante quince minutos, ante la atenta mirada de numerosos curiosos, la escultura va transformando el busto de Franz Kafka constituyendo una alegoría a su famosa novela de La Metamorfosis.

La Casa Danzante es otro de los edificios más representativos de la ciudad de Praga. Construido a finales de los noventa esta obra está formada por dos edificios entrelazados que asemejan una pareja bailando.

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Estos son solo algunos de los lugares más conocidos e imprescindibles en una visita a la ciudad. Pero Praga aún posee otros muchos edificios y rincones por explorar como, por ejemplo, la ópera Estatal que es otro de los edificios más bonitos de la ciudad, el Pasaje Lucerna o la Plaza de Wenceslao que son lugares por los que se debe pasear. Multitud de callejuelas y bellos rincones que el visitante descubrirá paseando por esta bella ciudad de la que el visitante nunca se cansara de explorar. Praga es esa ciudad que, por muchas veces que se visite, siempre sorprende.

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Un viaje a la capital checa no debe dejar de lado la gastronomía. En Praga el visitante encontrará una amplia variedad de platos para degustar. Guisos y sopas son platos contundentes y a muy buen precio que se pueden encontrar por toda la ciudad. Muy característico es también la cerveza checa que se puede degustar en cualquiera de las numerosas cervecerías con las que cuenta la ciudad. Para los más golosos, el dulce el trdelník es ofertad en muchos puestos de la ciudad. Consiste en una masa dulce envuelta en una especie de rodillo de madera que es servido con azúcar, canela y almendras. Se pueden rellenar de helado, nata o chocolate.

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