Aires medievales en Estella-Lizarra.

La ciudad exhibe con orgullo un rico patrimonio histórico-artístico.

Estella Lizarra. San Pedro. (*)
Son tantos y tan relevantes los edificios singulares heredados del pasado en el casco histórico de Estella que, adentrarse en esta población navarra es tanto como viajar en el tiempo a la época en la que monjes y caballeros eran los grandes protagonistas de la España que entonces se estaba formando. Es por ello por lo que consideramos que esta ciudad debe de ocupar un lugar preferente en la Red de Ciudades y villas medievales de la que forma parte junto a otras nueve localidades españolas y dos portuguesas. Pero no solo mira al pasado. Su prosperidad económica, debida sobre todo al comercio, la ha convertido en centro comercial de la comarca rondando actualmente su población los 15.000 habitantes.


Vista nocturna de Estella - Lizarra, en Navarra. (*)

Estella se encuentra ubicada a mitad de camino  entre Pamplona y Logrño, lo cual supone un privilegio para su devenir económico. Del mismo modo, durante siglos la ciudad fue favorecida por el hecho de que por ella pasase otro gran camino: el que conducía, y conduce, a la ciudad gallega de Santiago de Compostela. Esta circunstancia le hizo estar siempre a la vanguardia de las corrientes artísticas que, de la mano de los peregrinos, llegaban a la península Ibérica desde Europa. De aquella época son algunos de los edificios más relevantes.

Río Ega a su paso por Estella. (*)
Los orígenes de Estella hay que buscarlos en la época del rey Sancho Ramírez, quien mandó levantar a orillas del río Ega, próximo al viejo poblado vascón de Lizarra, un centro que aglutinara el comercio de la zona. En este nuevo lugar se establecieron mercaderes y cambistas francos y judíos que, con el paso del tiempo, dieron prosperidad a este nuevo lugar que, como dije anteriormente, está enclavado estratégicamente en el Camino de Santiago.

Estampa del mercado en la localidad navarra de Estella. (*)
Es pues durante el medievo cuando la ciudad alcanza su mayor prosperidad, construyéndose entonces los edificios que dan personalidad a la ciudad. Entre esos edificios han que destacar el Palacio de los Reyes de Navarra, del siglo XII, la iglesia de San Pedro de la Rúa, con ciertos aires de fortaleza, o la iglesia de San Miguel de Estella. Pero nada mejor para saborear el ambiente de la ciudad que pasear por sus calles, en el que las piedras rezuman historia, y degustar en sus bares esos pinchos que tan bien reconfortan el estómago del viajero.

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(*) Imágenes facilitadas por GRUPO RV EDIPRESS.