Monasterio de Fitero.

La primera abadía cisterciense de España.

Al suroeste de la Comunidad Foral de Navarra, muy cerca ya de tierras riojanas, nos encontramos con el monasterio de Fitero, que pasa por ser el primer monasterio cisterciense construido en España. Su construcción hay que situarla en el siglo XII. El monasterio, pese a vivir en tiempos pasados días de gran esplendor, en la actualidad ha pasado a un segundo plano local ante la fama del Balneario de Fitero, situado a apenas tres kilómetros del casco urbano.


Para realizar la visita hay que acercarse a la oficina de turismo que abre sus puertas en la misma plaza que la iglesia. Desde dicha oficina se organizan las visitas guiadas al monasterio. Si sois amantes de la arquitectura religiosa, este monasterio debe de estar en vuestra lista de prioridades. En pocos lugares veréis reflejado  el espíritu del arte cisterciense como aquí.
Del conjunto monacal destaca la iglesia abacial de Santa María la Real. A diferencia de lo que ocurre en tantos otros edificios religiosos, este conserva unas líneas arquitectónicas poco contaminadas por corrientes artísticas posteriores. Incluso el inmobiliario y demás elementos decorativos añadidos con posterioridad, no distorsionan la austeridad pretendida por la Orden del Cister.
El resto de las dependencias monacales se han conservado con desigual suerte. Algunas de ellas han pasado a formar parte del patrimonio mobiliario del ayuntamiento que les ha dado distintos usos. Tal es así que en lo que fueran celdas, refectorios y demás dependencias han pasado a ser la sede del Ayuntamiento de Fitero,  la biblioteca o una residencia de la tercera edad.
Cuando os acerquéis a visitar este monumento nacional, si no estáis hospedados en el Balneario de Fitero, os recomiendo que pernoctéis en la Hospedería de Nuestra Señora del Villar, en la cercana población de Corella. Pese a estar situado junto a la carretera, el hotel respira tranquilidad y sosiego por los cuatro costados. Sin duda, es el lugar ideal para preparar la mente con el fin de visitar  la otrora próspera abadía de Fitero.
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