Los cinco puentes más emblemáticos de Madrid Río.

Con los que se salva el cauce del Manzanares.

Entre los años 2003 y 2011 El Ayuntamiento de Madrid, presidido por Alberto Ruiz Gallardón acometió una de las mayores obras urbanísticas que se han llevado a cabo en Europa en los últimos años. Se trataba de soterrar la carretera de circunvalación M-30, que circulaba a ambos márgenes del río Manzanares. Con posterioridad se acondicionó para el disfrute de los ciudadanos el espacio recuperado al tráfico. Es el proyecto Madrid Río. El resultado es que han quedado unidos los barrios de Arganzuela y Latina con los de Carabanchel y Usera a través de un espacio ajardinado en torno al río Manzanares. Diecisiete puentes de diferentes tipologías y épocas ayudan a esta unión. A continuación se mencionan los cinco más emblemáticos.



1.- Puente de Segovia.

Fue encargado por Felipe II en la segunda mitad del siglo XVI a Juan de Herrera, autor, entre otros muchos edificios, de El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Tan grandiosa fue la obra en su momento que alguien, con buenas dosis de humor, dejó para la historia la conocida frase de que “aquí falta río o sobra puente”. No obstante, el puente actual no se presenta actualmente como fue construido en su momento ya que, durante la Guerra Civil, fue volado por las tropas republicanas para que no entrara a Madrid el ejército franquista. Pese a las importantes reformas posteriores, puede afirmarse que es el puente más antiguo de la capital. 

2.- Puente de Andorra 

Fue inaugurado por el Cap de Gobern del Principado, Antoni Martí. Tiene tres brazos en forma de “Y” haciendo un guiño a la letra que representa al Principado de Andorra, que toma este icono en homenaje a los tres valles que conforman su territorio. Su estructura es metálica recordando, en cierto modo, los puentes construidos con mucha frecuencia en las infraestructuras ferroviarias. Este es uno de los puentes nacidos al mismo tiempo que el gran proyecto de Madrid Río.

3.- Puente de Toledo. 

Este puente se levantó en la primera mitad del siglo XVIII. Anteriormente, en ese mismo emplazamiento, hubo otros dos puentes que otras tantas riadas habían destruido. Consta de 9 arcos apoyados en fuertes pilares. Es de estilo barroco-churrigueresco y su diseño se debe a Pedro de Ribera. Más o menos en la mitad del puente, en unas hornacinas pétreas profusamente decoradas situadas a cada unos de los lados, se encuentran unas esculturas de los patrones de Madrid: San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. El puente de Toledo fue declarado ´Monumento Histórico Artístico en 1956 y Bien de Interés Cultural en 1992. Es, sin duda, uno de los que más se ha beneficiado del proyecto Madrid Río, pues el tráfico rodado estaba causando un importante deterioro en su estructura. Uno de los momentos más trágicos de su historia lo sufrió en 1952, cuando el accidente de un tranvía acabó con la vida de doce personas. 

4.- Pasarela de Arganzuela

Este puente diseñado por el prestigioso estudio de Dominique Perrault se ha convertido en el icono más representativo del ambicioso proyecto de Madrid Río. Tiene un longitud de 278 metros estando estructurado en dos tramos, uno de 150 y otro de 128. Su trazado está preparado para que peatones circulen por un lado y ciclistas y patinadores lo hagan por otro. En mitad del puente, en el cerro sobre el que se apoyan las dos estructuras, se abre un bonito mirador desde el que se obtienen buenas panorámicas del parque.

5.- Puentes del Invernadero y el Matadero. 

No se trata de uno, sino de dos puentes gemelos. Su estructura exterior asemeja al de una canoa invertida de hormigón de la que cuelga, mediante 136 cables, el tablero que permite el paso de peatones. Este tablero es más estrecho en el centro que en los extremos. El mayor atractivo de estos puentes se encuentra en la bóveda en la que se puede apreciar un mosaico en el que están representados cincuenta vecinos de los barrios colindantes. Veinticinco en cada puente. Este mosaico está formado con 6500000 teselas de vidrio reciclado de 260 colores diferentes con el que se ha cubierto la superficie de los 300 metros cuadrados que ocupa la techumbre de cada uno de los dos puentes. El encargado de este proyecto fue Daniel Canogar.