Las cinco ciudades de Italia que hay que visitar

Al menos una vez en la vida

Torre inclinada de Pisa.
Italia es, junto a Francia y España, uno de los países que alberga un mayor número de ciudades y monumentos Patrimonio de la Humanidad. Por esta razón es complicado destacar cinco ciudades de entre todas las que, por una u otra razón, merecería la pena visitar. Aún así, hoy nos mojamos y elegimos cinco de estos lugares de Italia que cualquier viajero que se precie de tal, ha de visitar al menos una vez en la vida. Esas ciudades son: Roma, Florencia, Pisa, Milán y Venecia


Roma. Viajar a Roma es viajar al antiguo imperio romano. Sus calles están repletas de monumentos y restos arqueológicos que nos recuerdan la época en la que la ciudad podía ser considerada la capital del mundo. Citar todos los monumentos que hay que visitar en la ciudad eterna -así se la conoce- sería tarea harto complicada. Coliseo, Foro, Arco de Constantino, Catacumbas, Mercado de Trajano, Circo Máximo..., nos recuerdan la época de dominación romana. Pero todavía hay mucho más: Fontana de Trevi, Castillo de Sant´Angelo o el Monumento de Víctor Manuel II son buenos ejemplos. Capítulo especial merece la Ciudad del Vaticano.

Coliseo de Roma.
Florencia. Hablar de Florencia es hablar de los Médicis, esa familia que durante el renacimiento se encargó de reunir en la ciudad a los grandes artistas del momento. Aquí los monumentos cuya visita es imprescindible son el Ponte Vecchio, gran icono de la ciudad, la Catedral, el Baptisterio, edificio más antiguo de Florencia, y la iglesia de Santa María Novella. Dos plazas por las que hay que pasear son la del Duomo y la de la Signoría.


Pisa. Cuando se nombra a Pisa todos recordamos la imagen de su torre inclinada. Imprescindible para todo buen turista, que se precie de serlo, fotografiarse con el truco óptico de pretender sujetar la torre. A buen seguro que si ese esfuerzo imaginario sirviera de algo, ya estaría garantizada la supervivencia de la torre por los siglos de los siglos...


Milán. El hecho de ser una ciudad industriosa, no resta el más mínimo interés turístico a la ciudad de Milán. De entre sus construcciones más notables hay que destacar su Catedral, aunque también son mundialmente famosos el Teatro de la Scala o la Gallería Vittorio Enmanuele II, símbolo inequívoco de la capital de la moda. No hay que olvidar la visita al castillo de Sforzesco  ni a la Basílica de San Ambrosio. Otro pecado imperdonable sería marcharse sin ver la Última Cena de Leonardo Da Vinci en el convento de Santa María de Grazie.




Venecia. En la Plaza de San Marcos de Venecia se concentra gran parte de la esencia de la ciudad. La Basílica, el Campanille, ambos con el mismo nombre que la plaza, y el Palacio Ducal son los edificios más nobles de la ciudad. Pero el encanto de Venecia radica en sus canales en los que a cada metro que recorremos sale a nuestro encuentro un rincón inolvidable. El puente Rialto solo es el más fotografiado. Imprescindible pues, el paseo en góndola.

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