Palacio del Infantado de Guadalajara

Una joya del renacimiento español

Palacio del Infantado de Guadalajara
El Palacio del Infantado es el monumento más emblemático de la ciudad de Guadalajara y una de las joyas de la arquitectura civil del renacimiento español. De hecho, es una excepción monumental en una ciudad moderna que ha experimentado un importante crecimiento de población como consecuencia de su proximidad a Madrid.

El Palacio del Infantado de Guadalajara fue construido a finales del siglo XV. Más concretamente, las obras comenzaron en 1480 y terminaron hacia 1495. En sus trazos arquitectónicos se aprecian rasgos del gótico isabelino con elementos renacentistas y mudéjares. La obra es atribuida a Juan Guas, que fue el arquitecto más prestigiosa de la época de los Reyes Católicos.

Palacio del Infantado de Guadalajara

La fachada principal del Palacio del Infantado de Guadalajara es uno de los elementos más reconocibles. Está adornada con una decoración de puntas de diamante, característica del estilo isabelino, y rematada por una galería de arcos.

La entrada principal muestra un arco carpanel enmarcado por una rica ornamentación pétrea, con elementos heráldicos y motivos vegetales. Encima del arco hay un gran escudo de los Mendoza,  familia que mandó construir el palacio. Rematan las esquinas del edificio unas torres angulares, reforzando su carácter señorial y defensivo.

Palacio del Infantado de Guadalajara

En el interior del Palacio del Infantado destaca el claustro de dos pisos de estilo renacentista con influencia mudéjar. El piso inferior presenta arcos carpaneles con decoración gótica, en tanto que el superior tiene arcos de medio punto más clásicos. Llama la atención su equilibrio entre elegancia y robustez.

Aunque el edificio fue gravemente dañado durante la última Guerra Civil Española, se ha restaurado con gran fidelidad. Sus dependencias acogen actualmente el Museo de Guadalajara, con colecciones de arqueología, bellas artes y etnografía. Entre las piezas más interesantes de la exposición destaca el Sepulcro de doña Aldonza de Mendoza. En sus orígenes, el interior del edificio estaba decorado con ricos artesonados mudéjares, tapices, y mobiliario noble. De toda esa ornamentación se puede apreciar alguna muestra en el museo.

Palacio del Infantado de Guadalajara

El Palacio fue la residencia de la familia Mendoza, una de las casas nobiliarias más influyentes de Castilla durante la Edad Media y el Renacimiento. De hecho, el nombre “Infantado” que recibe el edificio hace referencia al ducado del Infantado, título nobiliario que ostentó la familia de los Mendoza. Sus muros han sido testigo de importantes acontecimientos históricos y símbolo del poder de esta noble familia.

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