La perla del Danubio.
Budapest, conocida como la Perla del Danubio, está formada por la unión de dos ciudades separadas por el río Danubio. Diferentes puentes vertebran estas dos ciudades: Buda y Pest. Ambas conforman la actual capital húngara que oferta una rica historia, un grandioso patrimonio heredado de diferentes culturas y fantásticos balnearios. Budapest es, sin duda, una de las ciudades más bonitas de Europa.
Uno de los edificios más emblemáticos de Budapest es el Parlamento. Este Impresionante edificio se encuentra en Pest y está considerado el tercer Parlamento más grande del mundo. Impresiona por su llamativa fachada neo-gótica y su interior está decorado con mármol y oro. Para obtener las mejores vistas de esta magnífica construcción se debe cruzar a la orilla de Buda y subir al Bastión de los Pescadores.
Cerca del parlamento, en la orilla del Danubio, hay que detenerse en el monumento Zapatos en el Danubio. Se trata de un discreto recuerdo a los judíos asesinados durante la segunda guerra mundial a los cuales les quitaban los zapatos antes de fusilarlos.
Continuando el paseo por la orilla del río se llega al Puente de las Cadenas. Este precioso puente, flanqueado por dos leones, es una reconstrucción idéntica al levantado en 1849. Es el puente más antiguo de la ciudad, el más icónico y el primero que unió los distritos de Buda y Pest. Paseando por la orilla del Danubio se pueden ir descubriendo otros puentes monumentales que posee la ciudad. El Puente Margarita, que cruza la isla del mismo nombre o el puente Erzsébet, moderno y elegante, son buenos ejemplos.
El de la Libertad es otro de los puentes por los que cruzar el Danubio. Se trata de una elegante estructura de hierro fundido y color verde por el que transitan tranvías y coches que comunican el Mercado central, construido a finales del siglo XIX en estilo neogótico, con el Monte Gellér. A esta colina se puede subir a pie, en taxi o en tranvía para deleitarse con las fantásticas vistas de Budapest. También en el Monte Gellér se encuentra la ciudadela, una fortaleza cuya finalidad fue proteger la ciudad, y la estatua de la Libertad, que recuerda la liberación de Hungría.
El barrio judío de Budapest es otro de los lugares imprescindibles en la ciudad del Danubio. El lugar más emblemático de este barrio es la gran sinagoga de Budapest, de estilo neo-árabe. Justo detrás se halla el Templo de los Héroes y el Árbol de la Vida, del que cuelgan miles de hojas con los nombres de los judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. En el barrio judío también se debe hacer una parada en algunos de los Ruins Bars. Se trata de unos edificios que quedaron en un estado ruinoso tras la guerra que se han transformado en locales para el ocio con una decoración alternativa y original. Además del barrio judío, si se dispone de tiempo, es recomendable pasear por la elegante Avenida Andrássy, con sus elegantes edificios señoriales, y la peatonal Calle Váci, que es el corazón turístico de la ciudad.
En lo alto de la colina de Buda se encuentra el castillo de Buda o Palacio Real. Para subir existen diferentes alternativas. Se puede llegar hasta allí paseando tranquilamente, en ascensor, a través de unas escaleras mecánicas o en el histórico funicular Budavári Sikló. El castillo de Buda fue construido en el siglo XIV, siendo totalmente destruido durante la Segunda Guerra Mundial. Su reconstrucción se ha llevado a cabo en estilo neoclásico.
Cerca del castillo se localiza el Bastión de los Pescadores. Desde la terraza, de estilo neogótico y con siete torres que representan las siete tribus magiares que fundaron el país, se obtienen unas increíbles panorámicas del edificio del Parlamento y de toda la ciudad. Cerca del Bastión de los Pescadores se puede ver la iglesia de Matías. Es la iglesia católica más importante de la ciudad. Su aspecto actual es de finales del siglo XIX y posee un tejado de cerámica de llamativos colores. También es recomendable pasear por la calle Uri, que aún mantiene un bonito estilo medieval.
Todo viajero que llega a Budapest tiene en mente la idea de visitar y disfrutar de alguno de los diferentes balnearios que le han dado fama a la ciudad. Del balneario Széchenyi dicen que es el más grande de Europa. Cuenta con unas 15 piscinas aunque las más espectaculares son las tres exteriores. En cualquier estación del año es ideal para un baño tras recorrer la ciudad.
Gellert es otro de los balnearios más famosos. Es un edificio elegante y su piscina interior rodeada de columnas clasicista invita a la relajación. Hay otros balnearios como Rudas Baths o Császár Baths, más pequeños y menos turísticos que los nombrados anteriormente.
Un viaje a Budapest no es completo sin una excursión en barco por el río Danubio. Las posibilidades son variadas. Desde una mera excursión con audiología en varios idiomas a una idílica travesía con almuerzo o cena incluida. Un recuerdo inolvidable para llevarse de Budapest.
Localiza el destino en el mapa: