Murallas de Ávila.

El recinto amurallado más fotogénico.

Espadaña del Carmen.
La ciudad de Ávila es una pequeña capital de provincias situada a poco más de un centenar de kilómetros de la Capital de España. Como tal, sus principales ingresos vienen, amén de la desproporcionada cantidad de funcionarios capitalinos, de la explotación del turismo procedente en su gran mayoria de Madrid. Así pues, los tópicos turísticos están potenciados y promocionados al límite. Santa Teresa y sus deliciosas yemas o las Murallas, son lugares comunes que le aportan a la ciudad algo más que personalidad. Pero estos tópicos no podrían ser utilizados eficazmente como reclamos turísticos si no tuviesen algo de interés. En el caso de las murallas de Ávila, no es algo, sino mucho el interés arquitectónico que ofrecen.

El recinto amurallado de esta pequeña ciudad castellano leonesa es, sin duda alguna, el mejor conservado y el más fotogénico de los muchos que nos encontramos a lo largo y ancho de España. Para obtener la mejor vista del conjunto, hay que acercarse hasta el paraje conocido como los cuatro postes, junto a la carretera de Salamanca. Desde allí la ciudad se nos ofrece con ese porte medieval que poseen las ciudades amuralladas, coronada en este caso, no por un castillo, sino por una recia catedral. Pero si lo que pretendemos es captar en el sensor de nuestra cámara una buena imagen, tal vez debamos de ir a las inmediaciones de la basílica de San Vicente, ya que el lado norte ofrece las instantáneas más fotogénicas. A mi me parece que no le tiene nada que envidiar la estampa que ofrece la muralla al sur, aunque tal vez, por ser menos reproducida en los folletos turísticos, esa imagen de Ávila no es tan conocida. Por eso, os recomiendo que os déis un paseo por la calle del rastro para conocer este lado.
Basílica de San Vicente.
Tampoco os vayáis de la ciudad sin haber recorrido sus murallas. Desde varios puntos se puede acceder a lo alto de las murallas y recorrer sus almenas. Desde ellas obtendréis unas buenas imágenes, no tanto de las murallas, sino de otros rincones de la ciudad.
Después de tanto paseo, toca reponer fuerzas. Para ello no son pocos los buenos restaurantes que nos podemos encontrar. Uno de ellos que merece la pena recomendar, tanto por su comida, pero sobre todo, y muy especialmente, por la decoración y ambiente es la Hospedería de Bracamonte. Pero, tanto si es este, como si es otra vuestra elección, lo que no podéis pasar por alto es comeros un buen chuletón de Ávila. En la ciudad hay auténtca revrencia hacia este plato que, como no podía ser de otro modo, es otro de los tópicos mejor explotados.
Vista general de las Murallas de Ávila.

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