Un valle salado en la provincia de Álava.
En el Valle salado de Añana, a tan solo 30 Km de Vitoria Gasteiz, se pueden visitar las salinas de Añana. Un paisaje sorprendente que se levanta en lo que, hace 200 millones de años, fueron las aguas de un mar. En la actualidad, de ese valle se extrae un producto que se utiliza a diario en nuestras vidas: el conocido oro blanco o más popularmente la sal.
A través de excavaciones arqueológicas se ha podido conocer como se producía la sal en la antigüedad. Desde la prehistoria, cuando la sal se dejaba en vasijas de cerámica, se calentaba a fuego lento y una vez evaporada el agua se rompían para extraer la sal, hasta los romanos que construyeron las salinas como hoy la conocemos.
En las salinas de Añana se produce en la actualidad sal de forma artesanal donde impera la calidad a la cantidad. Este proceso se produce durante la primavera y el verano cuando las temperaturas permiten la evaporación natural. Su forma de cristalizar es resultado de tres factores: el sol, el viento y las técnicas tradicionales de los salineros.
Las técnicas de explotación se pueden conocer más detalladamente a través de una visita guiada. Del mismo modo se puede ahondar en la historia de las salinas, imaginar cómo era el oficio de salinero, degustar las diferentes variedades de sal y, por supuesto, adquirir cualquiera de las diferentes variedades que se ofertan en la tienda.
En el mercado se pueden encontrar los cuatro tipos de sales que se comercializan de las Salinas de Añana: Sal mineral de manantial, Escamas de flor de sal, Sal liquida de manantial y Chuzo de sal.
El visitante puede disfrutar de un paisaje espectacular al aire libre. En él apreciará una extensa red de canales de madera que son los encargados de distribuir el agua por todo el Valle salado. Desde Las Salinas de Añana es recomendable visitar la Torre Palacio de los Verona, que aún conserva su foso y es la única construcción que lo conserva en la provincia de Álava.
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