Alajú, plato típico de Cuenca.

Un dulce para acompañar al café.

La cocina conquense está surtida de un buen repertorio de platos singulares. Morteruelo, ajoarriero y zarajos son algunos de ellos. El alajú enriquece la lista a la que tampoco puede faltar un licor muy original como es el resoli. El alajú es un dulce que acompaña muy bien al café, o incluso al citado resoli. Aunque por su similitud al turrón pueda pensarse que se como solo en Navidad, a los conquenses les gusta degustarlo durante todo el año.


El alajú, como parece intuirse por su nombre, es de procedencia árabe. Pero lo cierto es que no se puede asegurar a ciencia cierta que así sea. Lo que parece claro es que se trata un plato que ocupa una posición privilegiada en la cocina conquense desde tiempos remotos.

Los ingredientes necesarios para su elaboración son miel, pan rallado, ralladura de naranja, almendras y óbleas. Ingredientes todos ellos sencillos como su propia elaboración.


Para preparar el alajú es necesario fundir la miel con calor y añadirles el resto de ingredientes hasta conseguir una masa espesa. Esta masa, antes de que pierda temperatura, y por ende se endurezca, ha de extenderse de forma homogénea sobre las óbleas y esperar a que se enfríe.

Uno de los secretos del mejor alajú es sustituir las almendras por nueces picadas. Es por ello que el que se elabora con nueces es más cotizado que el que se realiza con almendras. De hecho casi todo el que se comercializa se ha fabricado con almendras. Solo algunos de los conquenses que de forma artesanal lo preparan en sus casas se decantan por las nueces.