Paseo en bici por la hoz del Júcar a su paso por la ciudad de Cuenca.

Una experiencia en contacto con la naturaleza.

Paseo en bici por la Hoz del Júcar (*)
Una de las peculiaridades por las que la ciudad de Cuenca es única y enórmemente bonita es por su simbiosis entre las construcciones urbanas de su casco histórico y la agreste naturaleza que ofrecen las formaciones geomorfológicas de las hoces del los ríos Júcar y Huécar. Las casas colgadas sobre los farallones de estas hoces no son otra cosa que la continuación de la belleza que posee la frondosidad de estos profundos barrancos. Con este artículo os proponemos recorrer una de esas hoces, la del Júcar, de una de las formas más respetuosas posible con la naturaleza: en bicicleta.

Hoz del Júcar con la ciudad de Cuenca al fondo. (*)

El recorrido se hace, en parte, sobre un carril bici que transcurre junto al cauce del río Júcar. Este camino no es muy utilizado, especialmente durante los días laborables, por lo que el recorrido se puede hacer con suma tranquilidad y disfrutando al máximo de la belleza del entorno que te rodea. Por esa misma razón, realizar una parada de vez en cuando es muy recomendable, especialmente en el área recreativa del Peral, donde suelen acudir muchos conquenses a merendar.
 
Aguas verdes del río Júcar a su paso por Cuenca. (*)

Las aguas del Júcar serán tus compañeras de viaje en todo momento. Unas aguas de un color verde muy llamativo a las que Gerardo Diego les dedicó  un bello poema: "Aguas verdes, verdes, verdes, / aguas encantadas del Júcar, / verder del pinar serrano / que casi se vio en la cuna."  No fue el único poeta que se fijó en la belleza del lugar. Federico García Lórca, Antonio Machado o Federico Muelas también le dedicaron algunos versos.
 
El paseo en bici es cómodo y sin peligro.

Durante tu paseo descubrirás que en un determinado punto esas aguas son retenidas en un espacio algo menos angosto y al que se le ha dado el pomposo nombre de playa de Cuenca. También te acompañará durante parte del recorrido por la Hoz una carretera, pero no te preocupes. Si eres de aquellos a los que no le gusta la compañía de los coches cuando montas en bicicleta, has de saber que esta carrtera no tiene mucho tráfico. Antaño era el acceso a la Serranía, pero hace unos años se construyó un desvío, por lo que ahora no son muchos los coches que pasan por aquí. Una interesante recomendación es, si te lo puedes permitir, realizar el paseo en otoño, cuando la espesa arboleda ribereña se viste de un colorio muy especial.

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(*) Imágenes facilitadas por María Julia Fuero Espejo.