Alquézar, bonito pueblo para visitar en Huesca

Por su rico patrimonio arquitectónico e interesante naturaleza

La provincia de Huesca posee a lo largo de su provincia algunos pueblos que son auténticas joyas. Tal es así que, varios de ellos, forman parte, con todo merecimiento, de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Entre éstos debemos destacar Alquézar, en la comarca del Sobrarbe. El rico patrimonio que encontramos en esta villa lo es, tanto por haber recibido una extraordinaria herencia de sus anteriores moradores, como por haber sabido resistir a los desmanes que el éxito de estos lugares sufren a la hora de ser explotarlos por la industria del turismo.



Llegar hasta la localidad de Alquézar no es sencillo. Nada sencillo. Aunque apenas está separado de la capital oscense por 50 kilómetros, según nos vamos acercando por carretera, éstas se tornan más estrechas y sinuosas. Es por ello que hay que prestar la máxima atención a la conducción de nuestro vehículo, sobre todo, si como fue nuestro caso, utilizáis un servicio de alquiler de coches. Eso sí, cuando tras el parabrisas vemos las casas de Alquézar, adaptándose como buenamente pueden al irregular terreno sobre el que se asientan, enseguida comprenderemos que ha merecido la pena el esfuerzo.
Panorámica de Alquézar, en Huesca.
Una vez aparcado nuestro coche en alguna de las zonas habilitadas para el estacionamiento, hay que disponerse a callejear sin rumbo definido por el conjunto de callejuelas imposibles que configuran el entramado urbano. Rápidamente uno se da cuenta por qué este pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1982. Un reconocimiento que tiene muy a gala y que merece aún más si tenemos en cuenta lo cuidadas y acertadamente restauradas que se muestran la mayoría de las construcciones.
Iglesia de San Miguel Arcángel de Alquézar, Huesca.
A la entrada se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel. Su aspecto exterior se presenta interesante, pero el templo más sobresaliente de la localidad es la Colegiata de Santa María la Mayor, declarada Monumento Nacional en 1931. Junto a ella, coronando una elevación desde la que se domina todo el caserío de un inconfundible color tierra, se levanta el Castillo. Castillo y Colegiata son lo más relevante, pero su grandeza viene dada por el magnífico marco que le ofrece el caserío que configura la localidad Alquézar.
Callejuelas de Alquézar, en Huesca.
Solo el patrimonio arquitectónico es razón más que suficiente para acercarse a Alquézar. Pero si eres amante de la naturaleza, todavía tienes más motivos. Desde la misma plaza del pueblo parte la ruta de las Pasarelas del Río Vero. Se trata de una ruta que, pese al desnivel que hay que salvar, no posee demasiada dificultad. Está muy bien acondicionada y es ideal para recorrer con niños.
Pasarelas del Río Vero, em Alquézar, Huesca.
Si tu nivel de exigencia es mayor, recuerda que estás en el corazón del Parque Natural de la Sierra y Cañones del Guara. Se trata de una de las mecas de los amantes del barranquismo. Profundos y estrechos cañones, por cuyas entrañas fluyen ríos de agua color turquesa, hacen las delicias de los deportistas cada vez que tienen que superar alguna de las cascadas o sifones que se encuentran durante su travesía. Pero esto, claro está, son palabras mayores.

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