Un viaje a Las Hurdes, al norte de Cáceres.

Una comarca para recorrer pausadamente.

Chorro de Miacera en el Gasco.
Es todo un tópico aludir a la leyenda de la pobreza de antaño, descrita en numerosos volúmenes, cada vez que se intenta escribir sobre este bello rincón de la geografía extremeña. Pero pese a estos mitos tan recurrentes, estas tierras de media montaña esconden rincones maravillosos por los que bien merece la pena recorrerla y perderse por sus barrancos. En ellos, el viajero encontrará paisajes cuya belleza nos resulta complicado describir y espacios en los que el hombre ha intentado imponer su ley construyendo bancales donde la naturaleza puso inclinadas pendientes. Una combinación de naturaleza y acción humana cuyo resultado es un paisaje hermoso. Muy hermoso. 


La comarca de Las Hurdes está recorrida de sureste a noroeste por la carretera EX-208. En torno a ella se sitúan los seis municipios, a cada uno de los cuales se agregan varias alquerías, que conforman esta comarca. Son Casar de Palomero, Pinofranqueado, Caminomorisco, Ladrillar, Casares de las Hurdes y Nuñomoral.

Arquitectura tradicional de Las Hurdes en El Gasco.
La citada carretera actúa, en cierto modo, como eje vertebrador, pero no debes dejar de visitar algunos de los pueblos más alejados, pues es en ellos en los que podrás encontrar los ejemplos de arquitectura popular más interesantes. Un buen ejemplo es El Gasco, localidad que pertenece al municipio de Nuñomoral. Además, a unos dos kilómetros de esta pequeña localidad se encuentra el Chorro de la Miacera, un bonito rincón en el que un salto de agua se despeña, para deleite de los visitantes, a lo largo de varias decenas de metros.

Otra cascada interesante es El Chorrituelo, en Ovejuela, pedanía de Pinofranqueado. El agua es una de las grandes protagonistas del paisaje de Las Hurdes, no solo por las cascadas con las que de vez en cuando nos sorprenden, como las dos que hemos citado antes, sino porque toda la comarca está recorrida por numerosos ríos y riachuelos que, a su paso por los pueblos, forman bonitas piscinas naturales. Lugares éstos en los que durante el verano se dan cita propios y extraños para combatir el calor estival.
Meandro del Melero, en Ríomalo de Abajo. Las Hurdes.
El agua, una vez más, vuelve a ser la gran protagonista en el Meandro del Melero, en Riomalo de Abajo. Un lugar realmente espectacular el que forma el río Alagón y de obligada visita para quienes se adentren en estas tierras. Para ello, siguiendo el consejo de los propios jurdanos, hay que acercarse al mirador de La Antigua, ubicado a unos dos kilómetros de Riomalo de Abajo, al atardecer. Verás ante tus ojos uno de esos paisajes que difícilmente olvidarás.
Placa que recuerda la visita real a Las Hurdes en Casar de Palomero.
Una vez recorridas Las Hurdes comprenderás que poco queda ya de aquel viejo mito que se fraguó en los albores del siglo XX. Si acaso, puedes ver en la plaza de Casar de Palomero un cartel que indica la casa en la que pernoctó el Rey Alfonso XIII y a la que acudieron posteriormente sus descendientes en la dinastía. Ahora los vecinos esperan que el rey Felipe VI también acuda a la cita.

Otros lugares que no hay que perderse en un viaje al norte de Extremadura, aunque ya no formen parte de Las Hurdes, son el pueblo abandonado de Granadilla, el Yacimiento Romano de Cáparra o la hermosa Judería de Hervás. Al lado, aunque ya en la provincia de Salamanca puedes realizar una bonita ruta senderista en el Parque Natural de las Batuecas - Sierra de Francia.

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