Ruta de las Villas de Benicàssim.

Huellas presentes del turismo de la Belle Époque.

Villa Torre, en Benicàssim. (*)
Aún recuerdo con cariño los seis meses que viví a caballo entre la ciudad de Castellón y la turística localidad de Benicàssim. Mi juventud de entonces, por un lado, y la belleza y amabilidad de los castellonenses, por otro, hicieron de esa etapa de mi vida un recuerdo imborrable. Posteriormente he vuelto en varias ocasiones y, los recuerdos se han reavivado en una población que ha sabido adaptarse a las nuevas tendencias sin renunciar a sus orígenes en esta aventura por el sector turístico. En este artículo queremos poner el acento en esos momentos incipientes de una industria, la turística, que se ha convertido en la seña de identidad y, otro más de los atractivos de este bello rincón del mediterráneo.


Villas de Benicàssim, en Castellón. (*)
Hay que remontarse a finales del siglo XIX cuando esta localidad de la Costa del Azahar comenzó a ser tenida en cuenta por la burguesía española de aquel entonces para suavizar los rigores de la estación estival. Para hacer más agradable su estancia por estas tierras, esa burguesía ávida del buen clima, comenzó a construirse pequeños palacetes rodeados de jardines y buen gusto. Con el tiempo, el turismo evolucionó y, en cierto modo se masificó. Pero aquellas construcciones han permanecido y se han puesto en valor convirtiéndose en uno más de los múltiples atractivos turísticos de la ciudad.
Villa Victoria. (*)
A través de la denominada la Ruta de las villas se han estructurado dos itinerarios en cuyo recorrido el viajero puede conocer las mansiones de aquella burguesía pionera en esto del turismo de sol y playa. Son cincuenta y una construcciones de gran belleza que forman un conjunto al que en alguna ocasión he leído que llamaban el Biarritz Valenciano. Villa Pilar, la primera que se construyó, Villa Elisa, Villa Victoria o el Hotel Voramar son algunos de  los edificios que veréis en la ruta.

Villa Elisa. (*)
Pero Benicàssim es mucho más. Si buscáis naturaleza, el Parque Natural del Desierto de las Palmas constituye uno de los espacios naturales más relevantes de la provincia de Castellón. Si os atrae más la cultura y el ocio, encontraréis la alternativa en los multiples y variados festivales que se celebran en la ciudad y que le han dado el sobrenombre de la ciudad de los festivales. De perogrullo sería recordar los seis kilómetros de playas de finas arenas que, avaladas con diferentes certificados de calidad, cada verano reciben a miles de bañistas. Pese a todo lo dicho anteriormente, Benicàssim también mira al futuro del turismo a través de la experiencia del BodyWisdon. Se trata de otra iniciativa con la que se pretende poner en marcha una nueva filosofía de vida basada en el equilibrio de la mente y el cuerpo. En definitiva, parafraseando el eslogan que ha elegido la oficina de turismo de la ciudad, podemos decir eso de "Benicàssim, la mejor elección de todo el año".

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(*) Imágenes facilitadas por GRUPO RV EDIPRESS.