Arnedo, ciudad del calzado.

La Rioja es mucho más que viñedos y bodegas.

Fachada de un palacio de Arnedo.
La pequeña comunidad Autónoma de La Rioja está ligada al vino y todas las labores que la industria enológica lleva asociadas. Pero no todo lo que aquí reluce es vino.  Otro de los productos que ha dado fama internacional a esta tierra es el calzado, cuya industria se concentra principalmente en la ciudad de Arnedo. De hecho esta localidad de La Rioja Baja basa su riqueza económica e industrial en el calzado. La investigación, el desarrollo tecnológico y el diseño son los pilares sobre los que se asienta esta próspera industria. A ello habría que añadir la tradición, ya que para encontrar los orígenes de esta especialización industrial hay que remontarse hasta el siglo XIX. En el Museo del Calzado de Callaghan pueden seguirse los "pasos" dados durante estos dos últimos siglos.

Entrada al museo del calzado.
No obstante lo dicho anteriormente, la historia de Arnedo va mucho más allá de la del calzado. Ya en el neolítico estaban estas tierras habitadas como demuestran los diferentes hallazgos arqueológicos extraídos , como los del Yacimiento del Cerro de San Miguel. En época romana también tuvo su importancia la localidad. De hecho, según explican los cronistas locales, de aquella época deriva el nombre actual. En el medievo, se convirtió en tierra fronteriza. Tal es así que, al compás de los avatares bélicos, fue pasando de unas manos a otras. Así pues, en diferentes momentos Arnedo perteneció a los reyes de Navarra, en otros a los de Aragón, hasta que quedó definitivamente sometida a los reyes de castellanos.
Detalle en la fachada se la iglesia de san Cosme y san Damián.

De los tiempos pasados no ha quedado el patrimonio artístico que a priori cabría esperar. Esto es debido, en parte, a la prosperidad económica vivida en una época en la que la conservación del patrimonio no era la costumbre más arraigada en España. Aún así, pasear por su casco viejo tiene cierto sabor a pasado, sobre todo cuando nos encontramos con cada una de sus bellas iglesias: Santo Tomás, San Cosme y Damián, y Santa Eulalia.
Calle de Arnedo.

En los alrededores de Arnedo hay varios lugares para entrar en contacto con la naturaleza. Especialmente hay que citar la Vía Verde del Cidacos. Un tramo de ferrocarril en desuso de unos treinta y cinco kilómetros que se ha reconvertido a vía verde para su disfrute de los ciudadanos, ya sea a pie o en bicicleta. Tiene su origen en Calahorra y el fin en Arnedillo, siendo Arnedo una estación intermedia. El museo de Ciencias Naturales, ubicado en el que fuera palacio de don José Argaiz, es la otra cita imprescindible de la ciudad.

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