Santillana del Mar.

Villa noble y solariaga.

Portada de la Colegiata.
Conocida es la sublime belleza de esta población cántabra, no ya solo en la península Ibérica, sino mucho más allá de los Pirineos. Pero posiblemente sea tanto o más conocido el manido tópico de que Santilana de Mar si es santa ni es llana ni tiene mar. Dejando a un lado estos tópicos recurrentes, hay que comenzar diciendo que esta población es uno de esos lugares de imprescindible visita para alguien que quiera presumir de conocer los lugares más interesantes de España. Tanto es así que, mientras muchos ayuntamientos pujan por que se construya en su término municipal un Parador de Turismo, aquí no abre las puertas uno, sino dos establecimientos de la red de paradores: el Parador de Santillana y el Parador de Santillana Gil Blas.

En el recorrido por las dos calles principales que posee la población os encontraréis con todo un repertorio de casas solariegas en las que la noble piedra tallada, la madera bien torneada y ensamblada y el hierro con complicadas figuras de forja se conjugan en perfecta armonía. Sin duda el recuerdo que os llevaréis de aquí difícilmente lo podréis olvidar. Como tampoco ovidaréis fácilmente la inconfundible estampa de la bella colegiata románica.
Claustro en la Colegiata de Santillana del Mar.
Recordad también que junto a esta bella localidad cántabra se hallan las famosas pinturas rupestres de la Cueva de Áltamira. Unas pinturas que, dada su delicada coservación es harto complicado su vsita. Pero no os preocupéis. En su día, alguien tuvo la feliz idea de construir una reproducción de las pinturas que posee cueva. La visita al museo de la Cueva de Altamira sí está al alcance de todos. Luego no te quedes sin visitarlo. Está a unos dos kilómetros de la población de Santillana.
Tipismo en la plaza de Santillana del Mar.
La mejor recomendación que os puedo hacer para visitar esta localidad es que evitéis visitarla en aquellas fechas en las que nuestros congéneres, los turistillas, andamos de un lado a otro visitando los numerosos lugares de interés que se nos ofrece a lo largo y ancho del territorio nacional. Aún recuerdo la primera vez que fui a Santillana de Mar. Fue duerante el puente del quince de agosto, cuando media España está fuera de su casa. Fue tanta la decepción que me llevé en aquella ocasión que sólo después de realizar otro viaje pude saborear los aires medievales que corren por entre las casas blasonadas de esta noble villa. Por lo tanto, si queréis seguir mi consejo, consultad bien el calendario antes de planificar vuestro viaje.
Localiza el destino en el mapa.



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