Una sorpresa para viajeros despistados.
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| Calle en cuesta de Magacela, Badajoz. | 
Cuando se hace turismo por 
Extremadura, pocas veces se sale uno de los típicos destinos cuya fama han incrementado los grandes turoperadores. Si buscas ciudades, te pondrás en camino de 
Cáceres, 
Plasencia, 
Trujillo o 
Mérida. Si lo que deseas es el contacto con la naturaleza, 
Monfragüe, las 
Hurdes, el valle del 
Jerte o el de la 
Vera serán tus objetivos. Si aspiras a la tranquilidad de pequeños pueblos, 
Zafra, 
Alburquerque, 
Jerez de los Caballeros, 
Olivenza, 
Guadalupe, 
Garrovillas o alguno los pequeños pueblos de la 
Vera será el destino de tu viaje. Pues bien, aun siendo muchas y muy interesantes las propuestas citadas anteriormente, si recorres la región sin destino fijo, irás descubriendo grandes sorpresas de las que, si no eres extremeño, es más que probable que nunca las hayas oído nombrar. Uno de esos lugares que puede sorprenderte, y que tal vez no conozcas es el 
dolmen de Magacela.